Al perder una pieza dental el hueso de la zona se atrofia y reabsorbe.

El implante dental funciona como un diente nuevo y este transmite las fuerzas que recibe al hueso. Esto genera un estímulo que promueve su mantenimiento y desarrollo, por lo tanto, el implante dental previene la reabsorción ósea ya que evita su atrofia y mantiene una buena calidad de hueso donde es colocado.

Los beneficios de implante dental

Antiguamente se colocaban implantes por cada diente perdido con el fin de evitar al máximo la atrofia ósea. Hoy en día se ha observado que no es necesario llegar a ese extremo, pero sin duda es muy beneficiosos para nuestro hueso.

Además, el implante dental soporta las cargas de la masticación permitiendo a los dientes restantes descansar durante este proceso, si nuestro diente está diseñado para soportar la carga de una sola pieza.

Imagínate que ocurriría si pierdes dientes y nos los repones, pues que los dientes restantes tiene que soportar lo que la pieza faltante hacía.

Nuestro implante no solo devuelve la función a la pieza perdida sino que si alguna de nuestras piezas esta más estropeada o tiene menos fuerza.

El implante aporta estabilidad

El implante al ser una pieza nueva con más estabilidad soportará más carga y permitirá al diente de al lado descansar.

Al perder un diente nuestros tejidos como carrillo o lengua se hernian hacia el agujero que deja la pieza, el implante evitará este proceso.

Así mismo nuestros dientes también tienden a tumbarse para ocupar el espacio. Cuando perdemos una pieza y esto genera zona que retienen comida, malposición dentaria mala oclusión e incluso puede terminar en la perdida de la pieza por daño periodontal.